"Buenos días, mamá de Shin-chan—"
La voz de Yoshinaga Midori se cortó abruptamente.
Al ver a Hideki con gorra y mascarilla, Yoshinaga Midori se quedó paralizada.
'¿Quién era este?'
Incluso si el padre de Shin-chan hubiera tenido el día libre, su estatura no era tan alta.
Además, el cuerpo de Hiroshi ya estaba entrando en la mediana edad, y cuando no contraía el abdomen, aún se podía ver su prominente barriga cervecera.
"¡Buenos días, señorita Yoshinaga!"
Hideki avanzó unos pasos e hizo una leve reverencia. La cultura japonesa estaba profundamente influenciada por cierta dinastía china, y aunque las formalidades entre las personas ya no eran tan elaboradas, seguían siendo bastante corteses.
"¡Hola! Eh... ¿usted es...?"
Yoshinaga Midori, a quien Matsuzaka ume describía de manera tan despectiva, en realidad era una chica de aspecto dulce en la vida real.
Muchos hombres en Japón preferían a las chicas bajitas porque les parecían adorables, y Yoshinaga Midori encajaba perfectamente en ese estereotipo.
Tenía ojos grandes, una tez clara y un rostro bonito. Su figura tampoco era tan plana como Matsuzaka solía burlarse con eso de "tabla de lavar".
"Soy el tío de Shin-chan. Me llamo Koyama Hideki. Encantado de conocerla."
"Yo soy Yoshinaga Midori, la maestra de Shin-chan. ¡Muchas gracias por acompañarlo hoy!"
Midori esbozó una sonrisa profesional.
"¡Jefe!"
Shin-chan, al ver aparecer a alguien, agitó la mano con entusiasmo.
"¡Ay! ¡Qué susto! ¡No me mates!"
Yoshinaga Midori, al escuchar a Shin-chan, giró instintivamente la cabeza y soltó un grito.
El rostro que apareció ante ella era... aterrador.
Un hombre con traje amarillo claro, pelo rizado natural y una expresión feroz marcada por una cicatriz en la mejilla.
¡El director del Jardín de Infancia Futaba!
"Shin-chan, ya te he dicho que soy el director. ¡Llámame director!"
El hombre de apariencia intimidante mostró un gesto de decepción, aunque su aspecto seguía siendo igual de alarmante.
"Y tú, señorita Yoshinaga... ¿después de todo este tiempo todavía no te acostumbras?"
"Lo siento, director. Apareció de repente y no pude evitarlo..."
Midori sacó la lengua y se disculpó con una reverencia.
"Bueno, bueno... señor, ¿dice que es el tío de Shin-chan? Gracias por traerlo hoy."
El director miró a Hideki con cierta simpatía, al menos no se había asustado como los demás ante su apariencia.
"Señor Takakura Bunta, mucho gusto."
El director se sorprendió. El trato era demasiado formal para ser un simple encuentro con el tío de un alumno.
Hideki sonrió y sacó un sobre de su bolsillo.
"Shin-chan, ve con la señorita Yoshinaga al aula."
El director distinguió un sello en el sobre.
"Universidad de Waseda"
¿Qué estaba pasando?
"¡Vamos, Shin-chan!"
"¡Sí, Midori-chan!"
"¡Me llamo señorita Yoshinaga!"
Midori suspiró y tomó la mano de Shin-chan.
"¡Así que usted es el prodigio admitido en Waseda el año pasado, Koyama Hideki!"
El director, una vez que se alejaron, habló en voz baja pero con entusiasmo.
Antes de su llegada, el director había investigado su historial en internet.
¡Ese joven había sido el mejor puntaje nacional en los exámenes de ingreso!
Casi un puntaje perfecto, algo que había conmocionado al mundo académico de Tokio.
"Director, yo soy de la facultad de Educación. Esto es solo una práctica docente, así que no hay por qué preocuparse. Usted es el experto aquí, y espero aprender mucho de usted."
"¡Oh, no hable así! Esto es solo un pequeño jardín de infantes, ni siquiera es famoso. Temo que no sea suficiente para alguien como usted..."
El director, nervioso, frunció el ceño, lo cual solo hizo que su expresión se volviera más intimidante. Pero Hideki no parecía perturbado.
"Soy demasiado joven y tengo mucho que aprender. Por favor, tráteme como a cualquier otro profesor en prácticas."
El director entendió.
Hideki no quería que los demás supieran quién era realmente.
En los círculos educativos, todos sabían lo que significaba que alguien como él viniera de práctica.
Era casi seguro que terminaría en el Ministerio de Educación. Con ese currículum, su futuro era prometedor.
"No se preocupe, guardaré el secreto. Entonces, profesor Hideki, ¿acepta guiarnos?"
"No podré estar aquí a tiempo completo como la señorita Yoshinaga, pero vendré siempre que pueda."
"Eso lo decide usted. Pero en cuanto al salario..."
El director sonrió con incomodidad.
El jardín no tenía muchos alumnos, y además él nunca escatimaba en la calidad de la comida o los materiales. Por eso, las ganancias no eran muy altas.
Comparado con los jardines de infantes "exclusivos" de la zona, este era un lugar para familias comunes. No había profesores extranjeros ni maestros reconocidos.
"El salario no es un problema. Considéreme un investigador en prácticas. No seré una carga."
Esas palabras hicieron que el director, quien estaba preocupado, se sintiera aún más avergonzado.
"Le pagaré como a cualquier profesor en prácticas... Aunque, ¿por qué lleva siempre esa mascarilla?"
"Ah, sí. Olvidé mencionarlo. Waseda y el Ministerio de Educación destinarán un fondo especial para apoyar los lugares donde yo realice mis prácticas."
Hideki evitó hábilmente el tema de la mascarilla y sonrió.
Eso terminó de tranquilizar al director.
"¿Eh? ¿Y ese tipo sospechoso qué hace aquí?"
Una voz fría y altiva resonó en el aire.