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Chapter 7 - CAPÍTULO 7 – Máquina en Marcha

Yong salió temprano.

Como siempre.

El cielo aún dormía, cubierto por una bruma gris que flotaba sobre los techos de la Aldea Oculta de la Hoja. El sol apenas arañaba el horizonte, tiñendo con trazos pálidos las copas de los árboles. Las calles estaban vacías, salvo por él.

Paso firme. Mirada tranquila. Ritmo constante.

Hoy no iba por una escoba.Ni por un balde, ni por una jaula de gatos.Hoy no barrería hojas.Hoy no levantaría basura.

Hoy sería una misión de rango C.Hoy, por fin, sería un shinobi de verdad.

Y sin embargo...Las voces no faltaron.

—¡Kikai no Yong! ¿Hoy limpiarás fuera de la aldea?—¡Que no se te oxide la espalda, máquina!—¡Lleva el mapa, no vayas a confundir el norte con un fregadero!

Yong no se inmutó.Solo los miró de reojo. Sonrió.

—Buenos días.

Y siguió su camino.

El Edificio de Asignación de Misiones estaba apenas abriendo. Las luces titilaban. El personal bostezaba. Nadie lo esperaba tan pronto.

Subió por el ascensor sin apuro. En el cuarto piso, frente al mostrador, pidió:

—Una misión de rango C. En solitario.

La mujer tras el escritorio levantó la mirada. Lo reconoció. Parpadeó.

—¿Tú...? ¿Seguro?

Yong asintió. Sin duda. Sin arrogancia.

Ella dudó un segundo más, y luego le extendió un pergamino sellado.

—Misión de mensajería táctica. Cruce de frontera menor. Riesgo intermedio. Hay reportes de bandidos en la zona.

Yong lo leyó. Frunció apenas el ceño.

Ese tipo de misión le traía recuerdos.Del día que casi murió.Del momento en que despertó el Sistema.Del principio de todo.

Guardó el pergamino en el interior de su chaqueta.Ajustó la banda ninja sobre su frente.

—Gracias —dijo, y se fue.

Más allá de las puertas de Konoha, el mundo era otro.

El aire olía distinto. El suelo no era de piedra, sino de tierra viva. Los árboles parecían observarlo. No había muros. No había reglas. Solo naturaleza. Y peligro.

Yong activó sus mejoras.

Sus piernas emitieron un leve impulso. Los servopotenciadores se sincronizaron.El mundo se ralentizó.Los árboles dejaban de ser obstáculos: eran puntos de apoyo.El suelo dejaba de ser camino: era una rampa continua.

Yong corría como un proyectil silencioso.Como una sombra sin alma.Como una máquina en perfecta marcha.

El trayecto no estuvo libre de amenazas.

Primera noche.Una jauría de lobos salvajes rodeó su campamento improvisado.Ocho ojos brillaban entre los matorrales.Yong se levantó en silencio. Su sistema analizó trayectorias.Anticipó el salto del primero. Lo esquivó por milímetros.Un kunai. Un corte limpio. Siguiente.El resto huyó. Nunca emitió un grito. Ni una palabra.

Segundo día.Un paso montañoso. Dos bandidos.Uno con espada. Otro con veneno en los kunai.Yong se dejó rodear. Esperó el ángulo correcto.Una patada lo lanzó al aire: el servopotenciador convirtió su talón en un mazo.El primero cayó inconsciente. El segundo no esperó turno: huyó.Yong no lo persiguió.

Tercer día.Un deslizamiento de rocas.El camino se quebró.Años atrás habría muerto.Hoy, solo se impulsó.El salto fue perfecto.La caída, amortiguada.Sus pies apenas dejaron huella en el otro lado del abismo.

Y entregó el mensaje.Sin errores. Sin heridas.Sin ayuda.

Volvió en silencio.

Entró por las puertas de Konoha bajo la lluvia suave del atardecer.Las lámparas se encendían. La gente terminaba su día.

Yong, en cambio, terminaba algo más grande.

—¿Y volvió vivo?—¡¿Ese era el "Kikai"?!—Bah, seguro era una misión de jardín con título elegante...

Las burlas seguían.Los ecos de un viejo mundo que aún no entendía en qué se estaba convirtiendo.

Yong no se detuvo.No respondió.Solo entregó el informe.

Firmado. Preciso. Sin errores.

La recepcionista —la misma de todas las mañanas— lo recibió.Lo leyó en silencio. Levantó la mirada.

Y por primera vez, no dijo nada.Solo asintió. Con respeto.

Esa noche, su casa estaba oscura.La luz de la calle apenas iluminaba las grietas del techo.La humedad aún colgaba en el aire.

Yong cenó arroz con huevo. Bebió agua fría.Abrió su cuaderno de notas.Apuntó nuevas variantes de kunai-uken.Corrigió errores del día anterior.Borró una línea.Volvió a escribirla mejor.

Entonces el sistema habló.

[MISIÓN COMPLETADA: RANGO C – EN SOLITARIO][RECOMPENSA ENTREGADA: SISTEMA DE ANÁLISIS DE COMBATE – MÓDULO BETA][INSTALACIÓN COMPLETA][EFECTO: ADAPTACIÓN TÁCTICA EN TIEMPO REAL – DETECCIÓN DE PATRONES DE COMBATE EN ENFRENTAMIENTOS PROLONGADOS]

Un cosquilleo subió por su nuca.No doloroso. No invasivo.Solo... diferente.

Como si una segunda mente se encendiera.Silenciosa. Observadora. Precisa.Una IA táctica, incrustada dentro de su conciencia.

Y entonces, como siempre... otra notificación.

[NUEVA MISIÓN DISPONIBLE][OBJETIVO: COMPLETAR 50 MISIONES DE RANGO D][RECOMPENSA: ESQUELETO REFORZADO – COLUMNA Y EXTREMIDADES]

Yong se quedó mirando la pantalla flotante.Leyó cada palabra dos veces.Y luego sonrió.

No como un humano.No como un ninja.

Como una máquina que acababa de recibir una nueva orden.

—Una semana —murmuró, mientras apagaba la luz—.Siete días.Y estará completo.

Se recostó.El futón crujió.Y por cuarta vez en su vida reciente...Esperó el día siguiente con hambre.

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